La sidra es una bebida producto de la fermentación del mosto de manzana que, a través de los siglos, ha ido siempre de la mano de la historia y evolución de Asturias, su identidad y su gente constituyéndose su producción y consumo en pasión y tradición.
Probablemente el origen de la palabra sidra procede del griego sikera – σίκερα- procedente del hebreo secar que significa licor y que era utilizada para designar cualquier bebida que no fuese vino y que en Asturias, en algún momento se convirtió en el vocablo que nombra exclusivamente a la bebida alcohólica, de baja graduación alcohólica, resultante de la fermentación del mosto de manzana.
La sidra se bebe en los bares, las tabernas, las casas y ha fomentado la creatividad en todos sentidos, desde la industrial –en el diseño y fabricación de infinidad de artefactos para su servicio y consumo- hasta la artística –reflejada en pintura, escultura, fotografía, música, literatura...